: Manuel Salinas
: Escipión Emiliano Destructor de Cartago, conquistador de Numancia
: Desperta Ferro Ediciones S.L.N.E.
: 9788412898439
: 1
: CHF 10.80
:
: Altertum
: Spanish
Cartago, Numancia. Dos ciudades, dos nombres, que despertaban pesadillas en los romanos del siglo II a. C., recordando los aciagos das en que Anbal puso contra las cuerdas a sus abuelos y el rosario de derrotas que los celtberos haban infligido a las legiones en Hispania. Fue Publio Cornelio Escipin Emiliano quien, de una vez por todas, exorciz esos miedos: Cartago fue arrasada hasta los cimientos, despus de un atroz asedio, y Numancia claudic, su orgullo doblegado ante la tenacidad implacable de un hombre decidido a hacer honor a su estirpe. Porque Escipin Emiliano perteneci a la m?s laureada aristocracia romana, hijo del Emilio Paulo que conquist Macedonia y nieto por adopcin del primer Africano, el vencedor de Zama. Escipin Emiliano estuvo a su altura, siendo dos veces cnsul y censor, y ganando en el campo de batalla los dos apodos por los que pas a la posteridad: Africano y Numantino. Este libro supone la primera biografa en espaol de una de las figuras m?s decisivas de la Repblica romana, en un momento de profundos cambios polticos, sociales, culturales y territoriales. La Roma que Escipin Emiliano dej al morir era mucho m?s poderosa y extensa que la que le vio nacer, ama y seora del mundo conocido, en buena medida por sus acciones. Su apasionante vida permite, adem?s, acercarnos a los problemas a los que la Repblica tuvo que hacer frente en las dcadas centrales del siglo II a. C., un rgimen que se debata entre la pr?ctica poltica tradicional y los nuevos aires que llegaban del mundo helenstico. Ni su prematura muerte, en extraas circunstancias, ni su enfrentamiento con la plebe a cuenta a de la ley agraria de su primo Tiberio Graco, lastraron el glorioso legado del destructor de Cartago y conquistador de Numancia, al que podemos hoy saludar como al primero de los romanos de su tiempo.-----?Cu?ntas y cuan terribles derrotas infligieron a los romanos!. Fueron 52 aos en los que las legiones se desangraron? que se tornaron en una pesadilla para el ejrcito m?s eficaz de su era.Manuel Prez Villatoro,?ABC Cultural