: Rodrigo Palacios
: Estanebrage El último bastión
: MARLOW
: 9788492472635
: 1
: CHF 5.30
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: Fantasy
: Spanish
: 864
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Injusticia, magia, guerra y amor...En un reino imaginario de una época remota, Lombar Natoque es el malvado rey que ha logrado imponer el terror en todo el país. Su ambición no tiene límites. Nada escapa a su control. La magia está prohibida y la gente vive atemorizada. Un joven zapatero, de nombre Niclai Estanebrage, será el líder de la rebelión. En su lucha contará con la inestimable ayuda de Oiob, un aprendiz de mago capaz de devolver la ilusión a la gente, de Genco y Aberrón, nobles defenestrados por Lombar Natoque, de Alana, una mujer muy guerrera, y de algunos otros que claman contra la injusticia reinante.

NUEVA RUTA


Oiob Erereire cerró la bolsa de cuero rodeándola con una cuerda robusta. Esas dos pequeñas cosas eran sus más preciadas posesiones. No las había tocado desde hacía tres años, en aquel lejano día de invierno en que se aventuró dentro del silencioso pueblo de To.

Por aquel entonces se consideraba a sí mismo un viajero, un observador de vidas ajenas, un eremita convencido de que no había mejor hogar para un hombre que su propio corazón. Resultaba extraño recordarlo y darse cuenta de que no había acabado en la tierra de los magos por casualidad.

Llamarlo «tierra» era pretencioso. Se reducía a poco más que un poblado oculto en lo profundo del bosque, alejado de la Humanidad por el sencillo aislamiento de tantos y tantos árboles.

Llegó hasta allí creyendo que quería ser uno de ellos, y se marchaba convencido de que sólo ahora lo deseaba realmente. El frío día cerrado –nieve en tierra, aire y ramas– que le vio llegar tan pletórico de ganas era un sueño carente de auténtico sentido después de todo lo vivido en To. Cuando aterrizó allí se encontró con gentes recién derrotadas, escondidas y atrapadas por el miedo de admitir haber perdido una batalla cuya importancia en realidad sólo ellos conocían.

Lo último que alguien deseaba en aquellos días era tomar a un alumno bajo su protección, para instruirle en un arte que el mundo se empeñaba en abandonar y despechar hasta el ridículo.

Una vez que Lombar Natoque se dispuso a conquistar el país entero y lo empezó a lograr, la infecunda intercesión de los magos provocó que las gentes de las altas y bajas esferas sociales perdieran la fe en la efectividad de los que antaño fueron sabios consejeros de tantos reyes. La casta de los magos observó descender su popularidad, al tiempo que se percataba de lo muy importante que resultaba ese elemento para su existencia. Las llamas de lo etéreo fueron debilitándose, y los practicantes del sortilegio contemplaron la desaparición del fuego que una vez calentó sus manos.

Oiob se encontró en To a un grupo de personas retraídas en su decadencia. Todos los magos que había conocido a lo largo de su camino hasta allí le resultaban ahora poco representativos de lo que esperar