Introducción
En junio de 1938, los hermanos Erika y Klaus Mann viajaron a la España republicana en plena guerra civil española con el objetivo de conocer por sí mismos la realidad de una contienda cuya importancia trascendía el ámbito nacional, y plasmar dicha realidad en una serie de crónicas para distintos medios internacionales.
A su llegada a España, Erika y Klaus Mann tenían respectivamente treinta y dos y treinta y un años y contaban ya con una trayectoria nada desdeñable en distintos ámbitos de la creación artística. Eran los dos hijos mayores del escritor y Premio Nobel de Literatura Thomas Mann y de su esposa Katia, que pertenecía a la acaudalada familia judía Pringsheim y fue una de las primeras mujeres en tener estudios universitarios en Alemania. Erika y Klaus Mann crecieron pues en un entorno privilegiado, tanto por la vasta cultura de su entorno familiar como por el contacto directo con personalidades artísticas e intelectuales de la época. En los dorados años veinte del sigloXX, ambos formaban parte de una juventud dorada que había recibido una educación extremadamente liberal y no sólo no temía el escándalo, sino que a veces lo provocaba de modo consciente al romper todo tipo de tabúes. Pronto destacaron por sus diversas actividades artísticas y literarias, en las que de un modo u otro abordaban temas de actualidad, Erika como actriz, periodista y autora de literatura infantil; Klaus, entregado con pasión a la creación literaria, en 1925 ya había escrito varias novelas, obras teatrales y libros de poemas. Muy unidos desde la infancia, compartían inquietudes creativas, especialmente en el mundo del teatro, pero también en la narrativa, como testimonia la obra conjuntaUna vuelta al mundo, de 1929, resultado de un viaje alrededor del mundo realizado en 1927. Respecto de sus posiciones políticas, en el ambiente cada vez más enrarecido de la Alemania de los albores del nacionalsocialismo, los dos fueron también de los primeros en reaccionar frente a la barbarie que se estaba anunciando. Tras el ascenso al poder de Adolf Hitler en enero de 1933, ambos hermanos abandonaron el país. Sus nombres aparecieron en las primeras listas de intelectuales a los que el Tercer Reich desposeyó de la nacionalidad alemana; en la primera lista, de agosto de 1933, estaba su tío Heinrich Mann; en la tercera, de 1934, Klaus, y en la cuarta, Erika, mientras el resto de la familia Mann no apareció en las listas de expatriación hasta diciembre de 1936.
Convencidos antifascistas, desde el primer momento de su exilio Erika y Klaus Mann desarrollaron una incansable actividad para combatir el régimen nacionalsocialista por medio de la palabra con obras narrativas, artículos y conferencias, así como con su participación en iniciativas y encuentros antifascistas, en los que se buscaba la unidad de acción de los exiliados alemanes frente a quienes les habían expulsado de su patria. Por lo que se refiere a Erika Mann cabe destacar la creación del espectáculo teatral de sátira políticaEl molinillo de pimienta, para el que escribía los textos y en el que intervenía como actriz, así como su extraordinaria documentaciónDiez millones de niños. La educación de la juventud en el Tercer Reich, que se publicó en inglés en 1938.
Klaus Mann fue el fundador de la primera revista literaria, política y cultural del exilio alemán,La Reunión oLa Colección, publicada en Ámsterdam de 1933 a 1935, en la que pretendía reunir las voces más significativas entre los autores alemanes en el exilio bajo el patronazgo de los principales escritores europeos antifascistas. A él se debe también la discutida novelaMephisto, sobre el oportunismo político en la Alemania del Tercer Reich, y la gran obraEl volcán, una novela sobre el exilio y los exiliados, con importantes rasgos autobiográficos.
Tras haber finalizado Klaus la novela citada,El volcán, los dos hermanos viajaron a España en el verano de 1938, como hemos dicho, en plena guerra civil. Su venida se encuadra en el gran movimiento internacional de solidaridad con la República, tras el golpe de estado de 1936. La causa de la democracia y la libertad en España fue sentida como algo propio por todos los que veían en los regímenes fascistas la mayor amenaza para la democracia, así como un peligro para la paz mundial. Los Mann, como alemanes, se sentían especialmente concernidos en un enfrentamiento en el que los sublevados recibían ayuda militar de Adolf Hitler y Benito Mussolini. Y, para ellos, como para sus compañeros del exilio alemán, se trataba también de mostrar al mundo que ellos representaban la «verdadera Alemania», la de Goethe y Schiller, la de la cultura, y no la de la barbarie hitleriana.
La estancia de los hermanos Mann en España duró tres semanas, del 23 de junio al 14 de julio, y se debió sobre todo a su propósito de conocer directamente el escenario de la contienda para plasmarlo en su proyectada obra conjunta,Escape to Life. También acordaron con distintas publicaciones periódicas la entrega de una serie de crónicas, así como charlas radiof