: Jake Eagle, Michael Amster
: El poder del asombro
: Ediciones Obelisco
: 9788411721417
: 1
: CHF 10.80
:
: Lebensführung, Persönliche Entwicklung
: Spanish
: 288
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
La investigación ha demostrado que el mindfulness incrementa el bienestar, y que reduce el estrés, la ansiedad y el dolor. Pero, para algunos, la práctica en sí misma resulta complicada e inaccesible. Aquí es donde interviene el método AWE. En El poder del asombro, el terapeuta Jake Eagle y el doctor especialista en dolor crónico Michael Amster (Doctor en Medicina) comparten su extraordinaria, aunque sencilla, práctica de mindfulness que transforma los momentos ordinarios en experiencias que provocan asombro, De este modo, te ayudan a alcanzar un elevado estado de conciencia sin esfuerzo habitualmente reservado a los practicantes experimentados mindfulness, y todo en cuestión de segundos. El método AWE es una poderosa fórmula para conseguir un crecimiento personal y espiritual inmediato y expansivo.Es rápido y sencillo, requiere tan sólo unos cinco segundos y tres breves pasos: ATTENTION (atención): Concéntrate en algo que valores o que te parezca maravilloso. WAIT (esperar): Respira hondo y valora el objeto de tu atención de (una persona, un objeto muy preciado, la naturaleza, o incluso una idea). EXHALE y EXPAND (exhalar y expandirse): Al exhalar lentamente, permite que lo que estás sintiendo se expanda y crezca. Experimentar el asombro no requiere de ninguna disciplina exigente, destreza específica o entornos 'impresionantes'. El método AWE garantiza que el asombro y sus muchos beneficios estarán a tu alcance en cualquier momento y lugar (sentado esperando un semáforo, cocinando una comida, acariciando a un animal, escuchando la risa de un ser querido...).

Jake Eagle, consejero profesional titulado LPC, es psicoterapeuta, instructor de mindfulness y escritor. Durante más de treinta años, ha innovado creando nuevos enfoques de la psicoterapia, ayudando a sus clientes a llenar sus vidas de sentido y a gozar de unas relaciones saludables enfatizando la madurez, la presencia y los estados intencionales de la conciencia. Le apasiona ayudar a los demás a colmar su potencial. En 2003, él y su esposa Hannah cofundaron Live Conscious, una organización que ofrece cursos online y retiros que cambian la vida en localizaciones impresionantes en todo el mundo. Además de El poder del asombro, Jake es autor de dos libros más.Live a Conscious Life (previamente titulado Speak Love Not War), ganó el premio Independent Publisher Book Award. Jake vive con Hannah en Hawái, escribiendo, investigando, asesorando y experimentando el asombro cada día. ___________ Michael Amster es médico y miembro de la facultad de la Touro School of Medicine. Se graduó en la University of California Irvine School of Mediciney completó su especialización en gestión del dolor en la Universidad de Iowa. Como estudiante de meditación durante más de treinta años, así como profesor de yoga titulado y de meditación formado en el centro Spirit Rock MeditationCenter, Michael impartió clases de yoga para la salud de la columna vertebral en el hospital donde trabajaba, y fundó un grupo de meditación budista sangha-interconfesional que dirigió durante diversos años y al que aún regresa ocasionalmente como profesor invitado. Michael ha estado trabajando como especialista en la gestión del dolor durante cerca de veinte años y, actualmente, es el director de los servicios para la gestión del dolor en el centro Santa Cruz Community Health, donde reparte su tiempo entre su trabajo clínico, la investigación sobre el asombro, enseñando mindfulness y liderando retiros impresionantes en todo el mundo. Para más información visita ThePowerOfAwe.com, la página web de Jake y Michael, que contiene una lista de próximos retiros y talleres, cursos online, comunidad online, y contenido gratuito, incluida la página «Moments of Awe» (Momentos de Asombro).

CAPÍTULO 1

LA CIENCIA DEL AWE

El 31 de mayo de 2020, los titulares de la prensa de todo el país eran apocalípticos: «Llamamientos a la calma mientras las crecientes protestas amenazan con perder el control», «Una cola de más de kilómetro y medio para obtener comida gratuita en Ginebra, una de las ciudades más ricas del mundo», «¿Por qué no podemos preveer los efectos a largo plazo de la epidemia?», «Los edificios situados alrededor de la Casa Blanca se blindan con tablas; protegen sus objetos de valor ante la posibilidad de que se produzcan más protestas vandálicas».

Ese mismo día, entre el caos y la incerteza de la pandemia por la COVID-19, el elevado desempleo, las largas colas para comprar alimentos, los conflictos políticos, las protestas y los disturbios raciales, iniciamos dos grandes estudios junto con algunos de los mejores investigadores del asombro de la nación para testar la efectividad de emplear el método AWE para aliviar la ansiedad y la depresión, la soledad, el agotamiento laboral, el estrés y el dolor crónico (problemas de la salud mental y física). Encontrar participantes cualificados no era un problema.

Desde luego, la población estaba más estresada de lo normal, en parte porque a muchos de nosotros se nos pedía o se nos obligaba a aislarnos. Según elNew York Times, en abril de 2020, justo cuando hacía un mes que estábamos en la pandemia, cuarenta y dos estados estaban bajo alertas que recomendaban quedarse en casa o bajo políticas que ordenaban permanecer allí donde uno se encontrara, las cuales afectaron a por lo menos trescientos dieciséis millones de personas en Estados Unidos.[05] Las vacaciones y otras reuniones multitudinarias se cancelaron y amigos y familias tuvieron que mantenerse separados.

Únicamente a los empleados indispensables como por ejemplo trabajadores sanitarios, dependientes de supermercados y camioneros, se les recomendó ir a trabajar. Para muchos, trabajar en casa y conectar con los demás por videoconferencia se convirtió en la norma. Y también lo hizo la soledad. Mientras que a algunos llegó a gustarle ese apaño, a muchos otros les resultó desconcertante la falta de contacto con sus compañeros de trabajo y con el mundo exterior.

Millones de personas se vieron sin trabajo y enfrentándose no sólo al aislamiento, sino también a factores financieros estresantes. Con la mayoría de los restaurantes y otros negocios cerrados, más de veinte millones de personas quedaron en suspensión laboral o fueron despedidos durante esta fase temprana de la pandemia. Ese número no haría más que aumentar.

Mientras tanto, los trabajadores sanitarios estaban desbordados, trabajando largas horas cubiertos con máscaras, trajes de protección y pantallas faciales, viendo morir solos a más pacientes de lo normal (el confinamiento impidió las visitas de familiares a los seres queridos en los hospitales y las residencias de ancianos), y bajo la amenaza de contraer el coronavirus. Las marcarillas escaseaban, incluso para el personal hospitalario. En muchas ciudades, todos los respiradores disponibles ya se estaban empleando. Las vacunas aún no estaban en el radar, nadie podía saber con certeza cuáles serían los efectos del virus a largo plazo.

UNA VISIÓN DE LA PANDEMIA QUE EVOCA EL ASOMBRO

A causa de las cuarentenas de la pandemia, en el año 2020, el dióxido de carbono global bajó el 6,4 %, o lo que es lo mismo 2 300 millones de toneladas. El doble del dióxido de carbono que Japón emite en un año.

Los chacales aparecieron en las silenciosas calles de Tel Aviv. Las tortugas bobas pusieron más huevos en las playas vacías de Florida, y las nutrias de río en peligro de extinción aparecieron en áreas urbanas de Chile. En Llandudno (Gales), las cabras cachemiras salvajes se sentían seguras haciendo largas visitas a la ciudad, dándose incluso un banquete con los setos.

En Grand Marais, una popular ciudad turística y área recreativa al aire libre situada al norte de Minnesota, el silencio era pronunciado. Con la falta de tráfico local, turistas y camiones semirremolque procedentes de Canadá (la frontera estaba cerrada), un residente mencionó haberse sentado junto a una carretera habitualmente muy transitada y sumirse en el silencio.

La mayoría de las investigaciones emergentes están mostrando que la pandemia nos hizo sentir más deprimidos, angustiados, estresados y ­solos. El número estimado de personas que ha padecido problemas de salud mental se triplicó en comparación con los niveles prepandémicos. Nadie, aparentemente, era inmune. Los adultos de edad avanzada, quienes vivían solos y los adultos jóvenes fueron quienes más sufrieron.[06]

En ese momento, la investigación sobre cuál era la mejor forma de hacer frente a las repercusiones de la COVID-19 eran limitadas. Nuestros estudios, llevados a cabo junto con la Universidad de California (Berkeley), durante las fases tempranas de la pandemia en que reinaba la incerteza, han demostrado que una práctica habitual del AWE dismi­nuye los síntomas de la depresión, la ansiedad, la soledad, el agotamiento laboral, el estrés y el dolor crónico, e incrementa el bienestar no sólo en el público general, sino que también lo hace en profesionales de la salud, incluso cuando están más estresados de lo normal.

Los estudios duraron tres semanas. Durante ese período, observamos que cuanto más se dosificaban el asombro los participantes del estudio, más se beneficiaban desde el punto de vista de la salud –cuanto más frecuentes eran los momentos de asombro, mayor era la disminución de los síntomas negativos, lo cual condujo a un bienestar más elevado–. Y a medida que los participantes adquirieron el hábito de emplear el método AWE durante un período de tres semanas de estudio, las experiencias del asombro no sólo se daban con más frecuenci