CAPÍTULO
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¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE ENFOCAR LA ATENCIÓN?
La atención está por todas partes
Escribo estas líneas entre las conversaciones apagadas y el ruido de la cubertería metálica de una pequeña cafetería en Kingston, Canadá.
Siempre me ha gustado observar a la gente. Hay mucho en lo que fijarse: cómo andan, visten, hablan o actúan según la situación. Ya sea en un restaurante abarrotado o en una cafetería como esta, me divierte estudiar las colisiones de personalidades como si fueran átomos en un acelerador de partículas; examinar cómo cambia la personalidad de un hombre cuando pasa de hablar con su amigo a hacerlo con el camarero; analizar cómo se adapta la personalidad de los camareros a las necesidades de cada mesa, tanto si se trata de una familia numerosa como de una pareja joven.
Enfocándome en los demás, he descubierto lo que atrae suatención. En todo momento, estamos enfocados enalgo; incluso cuando estamos absortos en nuestros pensamientos. Echemos un vistazo a la cafetería.
Centrémonos en la pareja de veinteañeras ubicada en la mesa de mi izquierda: están más atentas a sus teléfonos móviles que a prestarse atención la una a la otra. Entre mensaje y mensaje, dejan el teléfono en la mesa y le dan la vuelta, con la pantalla bocabajo. Es un bonito gesto, pero no logra su objetivo: enseguida lo recogen y vuelven a usarlo. A pesar de que no puedo entender cada palabra de lo que dicen, puedo asegurar que apenas están tocando la superficie de la conversación que podrían estar teniendo. Se encuentran una delante de la otra, pero su atención está en otra parte.
O fijémonos en la pareja situada al otro lado de la sala. Están ensimismados en una conversación que acompañan con café caliente y tortitas con mantequilla. Cuando llegaron, estaban ocupados en una pequeña charla sin importancia, pero la conversación enseguida se volvió más animada. Al contrario que la pareja de veinteañeras, esta pareja ha prestado toda su atención a lo que se decían desde que llegó.
Suena una canción pegadiza de Ed Sheeran y dos hombres sentados en una mesa cercana atraen mi atención. Uno de ellos sigue el ritmo de la música con el pie mientras el otro pide la comida. Seguramente, la atención del que aguarda turno para pedir se reparte entre tres tareas: la canción, lo que pide su amigo y la rápida decisión que debe tomar para escoger su desayuno. Al pedir los tres huevosexpress, el camarero le pregunta: «¿Cómo los quiere?». Inmediatamente se enfoca en sí mismo, intenta recordar cómo los toma normalmente y contesta: «Revueltos».
En la barra de la cafetería hay unas cuantas personas que hablan despreocupadamente mientras miran las mejores jugadas de los partidos de la noche anterior. Me parece especialmente fascinante que millones de personas de todo el mundo —incluyendo las de la barra— se queden absortas mirando una pantalla de apenas once pulgadas. Uno de los individuos menea la cabeza; está perdido en sus pensamientos. Luego, como si una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo, se apresura en anotar una idea en una libreta pequeña. Mientras se encontraba absorto y la melodía de la televisión acompañaba las mejores jugadas de la noche anterior, una revelación le vino a la cabeza. Tuvo un momento de eureka.
O miradme a mí, aquí sentado con mi portátil. Esta mañana, mientras me tomaba mi café tranquilamente y mordisqueaba unas patatas fritas, fui capaz de enfocar mi atención completamente en mi trabajo para aprovechar mejor mi energía. Quizás la meditación de esta mañana ha sido de gran ayuda —puedo escribir más palabras cuando realizo esta suerte de ritual; un 40 % más, según mis cálculos—. He dejado mi móvil en casa, así que nada me distrae y mi mente se ha relajado mientras me dirigía a la cafetería. Como veremos más adelante, desconectar es una de las estrategias más poderosas para encontrar ideas nuevas y mejores. La música de la cafetería es pegadiza, pero no lo suficiente como para distraerse. Sin embargo, no estoy aquí por el hilo musical. Elegí esta cafetería porque no tiene wifi, ya que estar conectado constantemente es uno de los factores que perturba nuestro enfoque y productividad. Como demuestran los párrafos anteriores, estoy ligeramente distraído por el ambiente y las personas que me rodean, pero han sido de utilidad para apuntalar la introducción de este libro.
La escena de esta cafetería es una ilustración práctica de la revelación que tuve unos instantes atrás: la atención está por todas partes. Una vez te fijas en algo, ya no puedes dejar de verlo. Todo el mundo que se halla despierto en este momento —tanto si desayunan, como si trabajan o pasan un rato con la familia— están prestando atención a algo. La atención es el telón de fondo que acompaña nuestra vida, dondequiera que estemos y hagamos lo que hagamos, incluso cuando estamos ocupados con nuestros pensamientos.
Empecé a investigar cómo podemos enfocar mejor la atención y pensar más claramente hace apenas unos años. Como experto en productividad, fue muy duro admitir que, a medida que iba acumulando dispositivos electrónicos, estaba cada vez más distraído. Nunca había logrado tan pocos objetivos estado tan ocupado. Me encontraba incómodo con el aburrimiento y con la falta de estímulos, e intentaba abarcar todos los proyectos que me salían al paso. Sabía que mi cerebro no funcionaba demasiado bien cuando intentaba hacer varias cosas a la vez, pero no podía evitarlo. En teoría, trabajar con el correo electrónico abierto y el teléfono móvil encima del escritorio era más productivo que enfocarse en una sola tarea. En realidad, este libro nació de una necesidad: lo escri