I. PSICOLOGIA
Poco ha cambiado la naturaleza humana desde el hombre primitivo. Sin embargo, nuestra comprension de las fuerzas que controlan el comportamiento ha aumentado inconmensurablemente con el desarrollo de los metodos cientificos de investigacion en el terreno de la psicologia. Hace tan solo un siglo, la psicologia era completamente acientifica; hoy, en cambio, es una ciencia independiente, la ultima de las disciplinas escindidas de la filosofia. Lord Russell, no obstante, sostenia que el conocimiento que tenemos de la psicologia no se usa al maximo de sus posibilidades para solucionar el antiguo problema que consiste en saber como pueden los hombres vivir juntos y en paz. Resumio en una sola frase la vidabuena: «es buena la vida que se inspira en el amor y es guidad por el conocimiento».
Lord Russell dijo que las motivaciones fundamentales de la mayoria de los hombres son la «codicia», la «vanidad», la «rivalidad» y el «amor al poder». En politica, por ejemplo, de estos cuatro impulsos basicos derivan los resortes de la accion humana. Russell observo un axioma clasico del comportamiento humano al destacar que el hombre no puede olvidar los rudimentos de su pasado barbaro a pesar de su reciente aventura en la odisea del espacio. A partir de 1950, la especie «hombre» ha adquirido mas conocimiento que en toda su historia anterior. Pero sus remotos antecesores aun le recuerdan su pasado primitivo. ¿Han de ser sus apetitos insaciables el epitafio de su ultima hora?
En su larga y diversa carrera, muy pocas veces se mantuvo Russell al margen de las corrientes principales tanto de la controversia popular como de la cientifica. Por ejemplo, su aspera desaprobacion de la religion tradicional organizada esta bien documentada y el publico culto la conoce suficientemente. Lo que, sin embargo, no se conoce mucho son las originales y fertilisimas contribuciones que, junto con Whitehead, realizara a comienzos del siglo XX a la evolucion de la logica y la matematica, y que vinieron a contradecir la autoridad de la perspectiva aristotelica, que se habia conservado durante mil años en una antiquisima tradicion. Russell y Whitehead demostraron que los supuestos y las premisas basicos de la logica y la matematica eran los mismos. Lord Russell se nego a guardar silencio acerca de ningun problema hasta que la muerte apago su voz.
Pocos pensadores modernos han osado, como lord Russell, ser tan francos en la expresion de pensamientos mal acogidos. Su actitud no conocio la concesion: jamas tuvo miedo de correr el riesgo de cuestionar temas «sagrados», a pesar de que la libertad de sus juicios lo exponia a repetidos ataques de intolerantes y oscurantistas. Es completamente natural que quienes temen encontrarse en la embarazosa situacion de ver desmontada su noble fachada se rebelen contra los que proponen un examen critico de sus motivaciones y sus creencias. Una buena parte de los fragmentos seleccionados en este capitulo estan tomados del discurso de aceptacion del Premio Nobel, que lord Russell pronuncio en Estocolmo en 1950. En esta ocasion, su aguda observacion y sus punzantes satiras se centran en la pasion humana y sus consecuencias sobre la humanidad.Temas como la vanidad, el poder y el afan de excitacion son aqui despojados de sus disfraces acostumbrados y desnudados para ser diseccionados.
Muchas de las cosas que lord Russell ataco durante su larga y tormentosa vida -especialmente sus ataques a la religion, la politica y el sexo- no han sido corregidas, pero tampoco se ha debilitado la aspera penetracion de sus satiras. Es probable que la mejor descripcion de su estilo literario, y sin duda la mas sucinta, sea que cada frase de su prosa es como una gema pulida. La vanidad es una motivacion muy poderosa.Todo aquel que tiene un trato asiduo con ninos sabe que estos se pasan el dia haciendo bufonadas y dic