: José Antonio Pagola Elorza
: Jesús, maestro interior 4 Reavivar la compasión
: PPC Editorial
: 9788428836883
: Fuera de Colección
: 1
: CHF 8.90
:
: Religion/Theologie
: Spanish
: 192
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Este volumen orienta la lectura orante en una de las claves de la espiritualidad de Jesu´s: la de la compasio´n como principio de actuacio´n. 'Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo' (Lucas 6,36) no es propiamente una ley o un precepto ma´s. Se trata de introducir y actualizar en el mundo la compasio´n de aquel que es Padre y Madre de todos. Esta llamada a la compasio´n es la gran herencia de Jesu´s a la humanidad. El u´nico camino para construir en cualquier cultura y en cualquier e´poca un mundo ma´s justo, fraterno y solidario. El u´nico camino para renovar nuestra fe cristiana, caminando hacia una Iglesia ma´s evange´lica, humana y crei´ble.

José Antonio Pagola es uno de los principales autores en el ámbito de edición religiosa en habla española. Lleva muchos años dedicado casi en exclusiva a la figura de Jesús. Sus escritos e intervenciones animan la vida cristiana de centenares de personas. Autor de diversas obras de teología y pastoral, en PPC ha publicado Jesús, Aproximación Histórica (2013, 12ª ed.), Padre nuestro. Orar con el espíritu de Jesús (2012, 5ª ed.), Salmos para rezar desde la vida (2012, 9ª ed.), Id y curad. Evangelizar el mundo de la salud y la enfermedad (2012, 4ª ed.), El Camino abierto por Jesús. Mateo (2013, 5ª ed.), El Camino abierto por Jesús. Lucas (2013, 4ª ed.), El Camino abierto por Jesús. Juan (2013, 2ªed.), Fijos los ojos en Jesús (2013, 4ª ed.), Jesús y el dinero. Una lectura profética de la crisis (2013), Volver a Jesús (3ª ed., 2014) y Grupos de Jesús (2ª ed., 2014).

CAPÍTULO 10

ACTUAR COMO JESÚS,
MOVIDOS POR LA COMPASIÓN


SIGNOS DE NUESTRO TIEMPO:
EL INDIVIDUALISMO COMO IDEAL


 

El individualismo se está convirtiendo en la sociedad de nuestros días en un ideal atractivo. Para muchos, la meta de su vida es llegar a ser «un individuo autodidacta, autosuficiente y autónomo que se basta a sí mismo, no necesita de nadie (excepto para el sexo) y no debe nada a nadie» (Albert Nolan). La felicidad se identifica con la independencia y la autosuficiencia. Es tal la fuerza de este individualismo que incluso los «derechos humanos» son cada vez más los derechos del individuo: para no pocos, el bien común es algo contrario a los derechos del individuo.

En un primer momento, terapeutas y psicólogos pensaban que este individualismo podría conducir a las personas a su autorrealización. Hoy, sin embargo, se está tomando conciencia de su capacidad deshumanizadora. El individualismo está llevando a las personas a la alienación, soledad, falta de amor, incapacidad para las relaciones, infelicidad… El individuo egocéntrico va perdiendo, en mayor o menor grado, el contacto con la realidad.

Este individualismo, propio de la sociedad posmoderna, está también deteriorando la vida de no pocos cristianos. Cada uno se organiza la religión a su gusto. Cada uno sabe mejor que nadie «lo que le va» y «lo que no le va». Lo importante es «gestionar» lo religioso de manera inteligente. Karl Rahner llamaba a este cristianismo «un egoísmo que sabe comportarse decentemente». Pero no hemos de olvidar que ser cristianos no es sentirnos bien ni mal, sino sentir a los que viven mal, pensar en los que sufren y acercarnos a compartir su sufrimiento desde una compasión solidaria.

El individualismo de nuestros días no ayuda tampoco a la búsqueda de una auténtica espiritualidad, pues puede conducir por diferentes caminos a una espiritualidad individualista y egocéntrica. Por eso se hace más necesario que nunca el «discernimiento de espíritus» para no caer en una «espiritualidad a gusto del consumidor». Solo la atención a los que sufren y son víctimas de esta sociedad facilita la liberación de nuestro falso ego. Una espiritualidad que olvide el sufrimiento no pasará de ser una «espiritualidad burguesa».

Johann Baptist Metz, recientemente fallecido, ha venido insistiendo durante muchos años en la necesidad de desarrollar una cultura en cuyo centro esté presente el recuerdo del sufrimiento. «Solo el recuerdo del sufrimiento de los inocentes nos puede humanizar […] ¿Desde dónde pensar de nuevo al hombre? ¿Cómo humanizar la historia? En realidad, yo solo conozco una categoría universal por excelencia, que se llamamemoria passionis». Según el teólogo de Münster, el sufrimiento de los inocentes desafía cualquier teoría del hombre, cualquier filosofía, cualquier política o religión que no lo tome en serio.

Cuando se olvida el sufrimiento concreto de las personas, la humanidad corre peligro. Cuando la política utiliza el sufrimiento como estrategia, degrada su propia causa. Cuando el cristianismo vive de espaldas a los que padecen, se deshumaniza. Cuando la espiritualidad no nos lleva a ellos, se aleja del espíritu de Jesús, que siempre actuó movido por la compasión.