: Marina Mayoral
: Recóndita armonia
: Castalia
: 9788497408783
: 1
: CHF 6.20
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 336
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Recóndita armonía es, en pocas palabras, el relato de una gran amistad, de un sentimiento que da sentido a la vida. Elena y Blanca se quisieron toda la vida, a pesar de que eran casi opuestas en su manera de pensar y de actuar. Helena buscaba la aventura y el cambio y pretendía dejar una huella de su paso por el mundo; por el contrario, Blanca sólo anhelaba la tranquilidad en compañía de sus seres queridos. Pero juntas descubrieron la amistad, el amor, el sexo, el dolor, las injusticias y la muerte. Varios hombres marcaron hitos importantes en sus vidas, pero con ninguno de ellos vivieron una relación tan íntima como la que mantuvieron entre ellas. Así, Recóndita armonía narra la historia de dos mujeres que viven una de las etapas más turbulentas de nuestra historia, los difíciles años en que España conoce la república, la guerra civil y la larga posguerra. Nos ofrece una apasionante visión de las relaciones humanas, de sus complejos y sutiles matices, plasmada con la habitual destreza narrativa de Marina Mayoral. Jose María Merino nos ofrece una excelente y detallada edición de la obra, en la que incluye un estudio del contenido y de las formas narrativas de la autora. Considera, por una parte, que esta obra forma parte de la misma literatura «mayor» a la que pertenecen escritoras como María de Zayas, Jane Austen, Emily Brönte, Mary Shelley, Emilia Pardo Bazán, Ana María Matute, Carmen Laforet, Alice Munro, Iris Murdoch o Svetlana Aleksiévich, porque «es humana por encima del sexo, y sería reduccionista [...] encajarlas, como en un gueto, en la llamada literatura femenina». Y, por otra, incluye a la autora en lo que él denomina 'literatura de la democracia», caracterizada por «la libertad expresiva, que se ejerce en todos los órdenes, originando una especial riqueza». De ella han comentado los expertos: 'He leído de nuevo Recóndita armonía, ¡qué gozada! Me encanta como Marina Mayoral lleva con maestría los hilos que componen las complejas relaciones personales, que dependen de circunstancias y decisiones individuales , de un espacio y de un tiempo e , ineludiblemente, de la Historia. El resultado es un magnífico mosaico de la condición humana. También disfruté de la introducción tan detallada e interesante de José María Merino. Esta edición de Cásicos Castalia sitúa a Marina Mayoral donde merece estar, entre los grandes escritores de la historia de la literatura. Espero que sea un éxito editorial.' María Socorro Suarez Lafuente , catedrática de Filología Inglesa de la Universidad de Oviedo.

MARINA MAYORAL ( 19-09-1942 / ) Marina Mayoral nació en Mondoñedo, Lugo. Es novelista y Catedrática de Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid. Entre el centenar de trabajos de investigación que ha realizado sobre diversos autores y épocas destacan sus estudios sobre Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán y los análisis de poesía y prosa contemporáneas. En el sello de Edhasa, Castalia Ediciones, tiene publicadas las ediciones literarias y comentadas de En las orillas del Sar de Rosalía de Castro y Los Pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán, en la prestigiosa colección de Clásicos Castalia. Escribe en gallego y en castellano y algunas de sus novelas han sido traducidas al alemán, italiano, portugués, polaco y chino. Sus cuentos se encuentran en las mejores antologías en lengua española y también en antologías de lengua inglesa y alemana. Su huella personal ha quedado impresa en colaboraciones realizadas, mediante un tratamiento muy particular de asuntos de actualidad, para el suplemento El Semanal y el periódico La Voz de Galicia, donde sigue manteniendo una columna semanal. Formó parte del consejo editor de la colección Biblioteca de Escritoras de Editorial Castalia. Dirigió la colección de narrativa Relatos de Edhasa. Su obra es extensa, pero podemos destacar en novela: Recóndita armonía (1994), Tristes armas (2008), Plantar un árbol (Premio Gabriel Sijé), Al otro lado (Premio Novelas y Cuentos), Cándida, otra vez (2º Premio de Ámbito Literario, Barcelona 1979). Entre sus obras de relatos podemos destacar: Querida amiga (Premio Losada, 1996) y Ensayo de Comedia (Premio Hucha de Oro, 1982). o Recóndita Armonía que se publica en 2020 en Clásicos Castalia. En 2019 se publicó la novela La única mujer en el mundo en la colección Edhasa Literaria en Edhasa. La voz de Galicia, incluye a Marina Mayoral como una de las cien mujeres gallegas que deberías conocer. Te dejamos aquí el enlace al reportaje: Cien gallegas que si no coneces, deberías conocer.

INTRODUCCIÓN

La narrativa de la democracia y «la novela distinta»

Veinticinco años después

El 17 de noviembre de 1994 tuve la satisfacción de presentar la primera edición deRecóndita armonía en la Casa de Galicia de Madrid. Por casualidad, conservo dentro del ejemplar del libro la invitación al acto y algunas de las notas que fui tomando a lo largo de mi lectura para hacer la presentación.

Recóndita armonía me sorprendió entonces por muchas razones: la historia de amistad, matizada por una relación muy íntima y peculiar, que concentra equilibradamente años muy difíciles de la historia española del sigloXX; la voz que la transmite, con tanta gracia y tan segura naturalidad; los personajes, sus conductas y los sentimientos que se consolidan entre ellos a lo largo del relato, en los diferentes escenarios y tiempos; la mirada nada doctrinaria de un lugar del frente bélico, en la parte franquista, durante la terrible contienda civil...

Me pareció, y así lo expresé, un libro memorable desde muchos puntos de vista literarios y sociológicos.

Todavía vivíamos sin problemas extraordinarios en la España que había instaurado la Constitución de 1978, y todas las perspectivas y aspectos de la novela concordaban de tal forma con la libertad de pensar y expresarse en la realidad que nos rodeaba que ha sido necesario que transcurran veinticinco años para que mi relectura no sólo haya visto en ella todo lo que vi entonces, confirmando las lejanas apreciaciones y encontrando tan vigente como en aquella ocasión la construcción narrativa, la recreación histórica y la capacidad para integrar con notable equilibrio espacios personales y colectivos muy diferentes, sino que lo he descubierto todo ello marcado por la gracia de una escritora que representa, con afortunada capacidad creativa personal, muchos aspectos de la sensibilidad de toda una generación, la de la «narrativa de la democracia», precisamente.

Los antecedentes y la narrativa inicial de la democracia

Ese episodio español tan doloroso y sangriento, la guerra civil de 1936 a 1939 –que creo que, de algún modo, gravita todavía sobre nosotros– dispersó a numerosos escritores, abortando muchas fructíferas tendencias vigentes en los años treinta. Todo lo que vino después, la fúnebre posguerra –con sus graves restricciones y la implacable censura dictatorial– y el reverbero inevitable de la Segunda Guerra Mundial y de sus consecuencias, abrieron en España un período en la creación de ficciones muy determinado por aspectos poco literarios y dentro de una gran carencia cultural.

Narradores como Francisco Ayala, Rafael Dieste, Arturo Barea, Ramón Sender, Max Aub, Rosa Chacel, Manuel Andújar..., por citar sólo algunos nombres, dejaron España para intentar rehacer su vida en otros lugares. Frente a los escritores leales a la República, los comprensivos y hasta simpatizantes con el franquismo estarían representados en gente como Álvaro Cunqueiro, Tomás Borrás, Wenceslao Fernández Flórez, Edgar Neville, Samuel Ros..., quienes, sin embargo, perdieron la libertad con que antes se manifestaban. En la primera posguerra, cuando todavía viven Azorín y Pío Baroja, empiezan a despuntar nombres como Gonzalo Torrente Ballester o Camilo José Cela, y muy pronto aparecerá un grupo de nuevos escritores, entre los que debo destacar a Miguel Delibes, Ana María Matute y Carmen Laforet, que fueron consiguiendo construir su narrativa dentro de los estrechos márgenes de la época.

El tiempo pasa –es obligada su revisión vertiginosa– y llegaremos al llamado «Grupo del Medio Siglo». Puede ser sorprendente que, dentro de las limitaciones culturales y ambientales del franquismo, muchos de estos escritores empezasen a dar a conocer sus obras en publicaciones del Régimen, que, por otra parte, monopolizaba los medios de comunicación. Si se me permite una cita propia, acaso la tendencia «social» del imaginario de los escritores de aquel momento escribía ficciones, pero «no creaba fricciones importantes», en principio, con el estricto «nacional-catolicismo franquista».

De hecho, en aquellas duras condiciones lograron imponer su estética escritores considerables como, además de los citados, Jesús Fernández Santos, Ignacio Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite o Medardo Fraile... Unos presentan más preocupación «social» que otros, pero el sentimiento de lo humano y sus adversidades como materia narrativa es común a todos. La nómina de autores es tan copiosa que queda incompleta aunque se cite también a Juan Benet, Juan García Hortelano, Fernando Quiñones, Francisco García Pavón, etcétera.

A esta generación sucede la de otros autores como Juan Marsé, Antonio Martínez-Menchén, Daniel Sueiro, Juan Goytisolo, Francisco Umbral, Manuel Vicent o Manuel Vázquez Montalbán, y por entonces publica sus primeras obras un jovencísimo Javier Marías. Hay que recordar también que, en aquel tiempo, comienza a difundirse en España lo que luego sería conocido como elboom latinoamericano, sobre todo gracias a las figuras de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

En los últimos años de la dictadura, la mayoría de estos autores siguen en activo y algunos de los exiliados empiezan a regresar a España. Acaso el ejemplo de exiliado irreductible sea el de Max Aub, español vocacional que hizo un breve viaje de vuelta a España para escribir un testimonio desolador. Debo recordar también que aquellos tiempos terminales conocieron un estéril debate literario entre los paladines del llamado «realismo social» y los defensores de un experimentalismo verbal y formal que llegó a predicarse como «la destrucción del lenguaje».

A la muerte de Franco, cuando surgen en España las ilusiones democráticas, hubo algunos críticos y estudiosos que esperaban que saliese de su escondrijo «la novela distinta», la que no habría podido ser publicada por culpa de la censura. La expectativa era ingenua, porque el soñado espécimen no existía ni podría existir: el laboratorio de la literatura nunca puede estar desconectado del fluir mismo de la realidad, y aquélla era demasiado restringente... Por otra parte, incluso esos momentos no parecían propicios a la literatura, sino al libro de carácter político, pues en la recuperación paulatina de la libertad de expresión esta materia gozó de cierta predilección ciudadana.

No obstante, quiero remontarme a aquellos tiempos lejanos para formular una breve memoria de la narrativa en los años de la naciente democracia. Se señalaLa verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza, como libro especialmente significativo en lo que pudiera consi