Introducción: nueve reglas que utiliza la gente de éxito para vencer el estrés
Heidi Grant Halvorson
¿Estresado? Claro que lo estás: tienes demasiadas cosas sobre la mesa, demasiadas tareas urgentes y demasiada gente que depende de ti. Estás bajo mucha presión; tanta que, a veces, la calidad de tu trabajo se ve afectada.
Pero, en general, el éxito en el trabajo no depende desi sufres o no episodios de estrés, pues hoy en día casi cualquier profesional los padece. Lo que sí que importa escómo lidias con ellos. Cuando los niveles de estrés escapen a tu control, estas nueve reglas te ayudarán a recuperar el equilibrio.
1. No seas tan duro contigo mismo
Cuando estés agobiado, mortificarte por tus propios fracasos y debilidades no es la solución. Resulta más eficaz observar los propios errores con cierta indulgencia, sin olvidarnos de que todo el mundo comete errores de vez en cuando. Hay estudios que demuestran que la gente que actúa así no sólo es más feliz, optimista, menos ansiosa y relajada, sino que también tiene más éxito. En uno de estos estudios, Juliana Breines y Serena Chen, de la Universidad de California, dieron una segunda oportunidad a los alumnos que habían suspendido un examen, para que pudieran mejorar sus resultados. Pues bien, aquellos alumnos con una visión autocompasiva de sus errores estudiaron un 25% más y obtuvieron mejores resultados que aquellos que tuvieron una actitud menos autocompasiva.
La mayoría de nosotros pensamos que, para sacar lo mejor de nosotros, debemos ser duros con nosotros mismos. Sin embargo, si nos permitimos cometer errores y aprender de ellos, conseguiremos reducir el estrés y a la vez mejorar nuestro rendimiento.
2. Ten una visión de conjunto
Cuando te enfrentes a montañas de trabajo, obtén energía y motivación de las metas más importantes por las que te estás esforzando. Centrándote en los avances que consigues con cada pequeña acción, obtendrás una nueva perspectiva de aquellas cosas que antes no parecían importantes o motivadoras. Por ejemplo, la próxima vez que te agobies leyendo tus correos al final de una larga jornada, no te sientas como si «te estuvieses abriendo paso en tu bandeja de entrada como el que lo hace entre la espesura de la jungla», hazlo como si «estuvieras resolviendo un proyecto importantísimo a tiempo», o como si «demostraras a tus jefes que te tomas en serio sus objetivos». Hay estudios que demuestran que, cuando pensamos enpor qué actuamos de un determinado modo ante determinadas situaciones, conseguimos ser menos impulsivos y menos propensos a cometer errores y tendemos más a planificar mejor nuestras acciones. Estamos más seguros de quiénes somos y de qué queremos, y por ello es menos probable que sintamos que fuerzas externas a nosotros, tales como otras personas, la suerte o el destino, controlan lo que nos pasa.
3. Confía en las rutinas
Si te pidiera que enumeraras las principales causas que provocan el estrés en tu vida laboral, probablemente mencionarías los plazos de entrega, las reuniones interminables, la enorme carga de trabajo, la burocracia y quizá también a un jefe controlador. Seguramente, no incluirías la toma de de