: Blake Pierce
: Antes De Que Cace (Un Misterio con Mackenzie White-Libro 8)
: Lukeman Literary Management Ltd.
: 9781094303338
: 1
: CHF 4.90
:
: Krimis, Thriller, Spionage
: Spanish
: 250
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
De Blake Pierce, el autor de éxitos de ventas como UNA VEZ DESAPARECIDO (un #1 con más de 900 críticas de cinco estrellas), llega el libro #8 en la trepidante serie de misterio con Mackenzie White como protagonista. En ANTES DE QUE CACE (Un Misterio con Mackenzie White-Libro 8), están apareciendo víctimas asesinadas en el estado natal de la agente especial del FBI Mackenzie White-todas ellas de un tiro en la nuca, y todas con la tarjeta de visita de 'Antigüedades Barker' al lado. La misma tarjeta que el asesino de su padre dejó sobre su cadáver hace ya años. Con una repentina urgencia en el momento presente, por fin ha llegado el momento de que Mackenzie se enfrente a sus fantasmas, para encarar su pasado más oscuro, y encontrar al asesino de su padre. Pero puede que su viaje al callejón de los recuerdos le lleve hasta lugares que preferiría no tener que ver, y a descubrimientos que preferiría no hacer. Mackenzie se encuentra en medio de un juego del gato y el ratón con un asesino más siniestro de lo que se podía imaginar, y con su mente frágil a punto de colapsar, este caso, entre todos los casos, puede resultar siendo el que acabe con ella. Un thriller psicológico de suspense trepidante, ANTES DE QUE CACE es el libro #8 de una nueva e impactante serie-con una nueva protagonista-que le verá pasando páginas hasta altas horas de la noche. También escrito por Blake Pierce, UNA VEZ DESAPARECIDO (Un Misterio con Riley Paige-Libro #1), un #1 éxito de ventas con más de 900 críticas de cinco estrellas-¡y una descarga gratuita!

Blake Pierce es el autor número uno en ventas de USA Today, con su serie de misterio RILEY PAGE, que incluye diecisiete libros hasta el momento. Blake Pierce es también el autor de la serie de misterio MACKENZIE WHITE, que comprende catorce libros hasta el momento; de la serie de misterio AVERY BLACK, que comprende seis libros; de la serie de misterio KERI LOCKE, compuesta por cinco libros; de la serie de misterio MAKING OF RILEY PAIGE, que consta de cinco libros hasta el momento; de la serie de misterio KATE WISE, que comprende siete libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico CHLOE FINE, que consta de seis libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico JESSIE HUNT, que consta de trece libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico AU PAIR, que consta de tres libros hasta el momento; de la serie de misterio ZOE PRIME, que consta de seis libros hasta el momento; de la serie de misterio ADELE SHARP, que consta de siete libros hasta el momento; y de la nueva serie de misterio ELLA DARK. Lector ávido y fanático de los géneros de misterio y suspense, a Blake le encantará saber de ti, así que no dudes en visitar www.blakepierceauthor.com para obtener más información y mantener el contacto.

 

 

CAPÍTULO CINCO


 

En retrospectiva, Mackenzie acabó deseando que se hubiera quedado a pasar la noche en Omaha y que hubiera venido al condado de Morrill con la luz del nuevo día. Atravesar la pequeña localidad de Belton a las 12:05 de la medianoche le dejaba a uno sin aliento. Apenas había otro coche por la carretera y las únicas luces que se podían vislumbrar eran las farolas que había en la calle principal y unos cuantos signos de neón en los ventanales de los bares y el lugar que Mackenzie estaba buscando, el único motel del pueblo.

Belton tenía una población de algo más de dos mil habitantes. Estaba formada principalmente de granjeros y trabajadores de una fábrica textil. Los negocios familiares eran la esencia del lugar porque no había empresas más grandes que se atrevieran a probar suerte en esta parte del estado. Cuando ella era niña, un McDonald’s, un Arby’s, y un Wendy’s intentaron hacer negocio en la calle principal, pero cada uno de ellos había desaparecido en menos de tres años. 

Consiguió una habitación de hotel tras recibir una mirada lujuriosa no demasiado sutil del brusco anciano que estaba empleado en la recepción. Una vez desempacó su única bolsa y cuando el día ya le había agotado, llamó a Ellington antes de apagar las luces. Como siempre atento, respondió al segundo tono. Sonaba tan cansado como se sentía.

“Por fin llegué,” dijo ella, sin molestarse en decir ni hola.

“Muy bien,” respondió Ellington. “¿Cómo te encuentras?”

“Asustadísima. Supongo que es un lugar extraño que visitar de noche.”

“¿Sigues pensando que esta fue la mejor manera de manejarlo?”

“Claro. ¿Y tú?”

“No lo sé. He tenido algo de tiempo para pensar en ello. Quizá hubiera debido ir contigo. Esto es más que un simple caso para ti. También estás intentando desprenderte de parte de tu pasado. Y si te quiero, y así es, debería estar allí en esta ocasión.”

“Pero, primeramente, se trata de un caso,” dijo ella. “Antes de nada tienes que ser un buen agente.”

“Claro, me digo eso a mí mismo una y otra vez. Suenas agotada, Mac. Duerme algo. Es decir, si todavía puedes dormir sola.”

Mackenzie sonrió. Hacía casi tres meses desde que habían empezado a compartir una cama de manera habitual. “Habla por ti,” dijo ella. “Acabo de ser avasallada por la mirada de un empleado de recepción particularmente ajado.”

“Utiliza protección,” dijo Ellington con una carcajada. “Buenas noches:”

Mackenzie colgó el teléfono y se desnudó, quedándose en ropa interior. Durmió encima de las mantas, negándose a arriesgarse a dormir entre las sábanas de un motel en Belton. Pensó que le llevaría siglos quedarse dormida, pero antes de que la soledad y el silencio del pueblo al otro lado de la ventana tuvieran suficiente tiempo para aterrarla de verdad, le sobrevino el sueño y se la llevó hasta sus profundidades.

 

 

***

 

Su alarma interna le despertó a las 5:45 pero la ignoró y volvió a cerrar los ojos. No tenía ninguna agenda que la presionara y, además de eso, no podía recordar la última vez que se había permitido quedarse remoloneando en la cama. Se la arregló para volver a quedarse dormida y cuando despertó de nuevo, eran las 7:28. Salió rodando de la cama, se duchó y se vistió. Ya estaba saliendo por la puerta para las ocho y, al instante, dedicada a la caza de un café.

Pilló una taza junto con una galleta con salchicha en un pequeño restaurante de carretera que llevaba en pie más tiempo del que podía recordar. Lo había frecuentado con sus amigos cuando iba a la escuela secundaria, sorbiendo batidos de leche hasta que cerraba el garito a las nueve todas las noches. Ahora el lugar no parecía más que un vertedero grasiento, una mancha sobre cómo ella recordaba su adolescencia.

No obstante, el café era intenso y delicioso, el tipo apropiado de combustible para empujarla por la Autopista 6 hacia una franja de tierra donde en cierto momento había residido. A medida que se aproximaba, se dio cuenta de que podía recordar con facilidad la última vez que había pasado por aquí. Había venido en compañía de Kirk Peterson, el ahora amargado investigador privado que se había tropezado con el caso de su padre cuando habían matado a Jimmy Scotts.

Por eso, cuando la casa apareció en su campo de visión al entrar al patio del garaje, no le sorprendió demasiado lo que vio. Un techo en deterioro parecía amenazar con tirar abajo toda la pared de atrás. Los hierbajos alrededor del lugar lo habían invadido todo y el porche delantero se parecía a algo