: Blake Pierce
: Antes De Que Atrape (Un Misterio con Mackenzie White-Libro 9)
: Lukeman Literary Management Ltd.
: 9781094303345
: 1
: CHF 4.70
:
: Krimis, Thriller, Spionage
: Spanish
: 250
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
De Blake Pierce, el autor de best-sellers como UNA VEZ DESAPARECIDO (un éxito de ventas #1 con más de 900 críticas de cinco estrellas), llega ANTES DE QUE RECE, el libro #9 de la trepidante serie de misterio Mackenzie White. La agente especial del FBI Mackenzie White está boquiabierta. Están apareciendo víctimas muertas, irreconocibles, después de que sus cuerpos sean arrojados desde las alturas más vertiginosas. Un asesino en serie trastornado, obsesionado con las alturas, está matando a sus víctimas desde los lugares más elevados. La pauta parece ser casual. Pero ¿acaso lo es? Solo adentrándose en los canales más oscuros de la mente del asesino puede Mackenzie empezar a entender cuál es su motivación-y dónde atacará de nuevo. En una caza mortal del gato y el ratón, Mackenzie se fuerza hasta el límite para detenerle-y hasta entonces, puede que resulte demasiado tarde. Un thriller psicológico oscuro de suspense estremecedor, ANTES DE QUE RECE es el libro #9 en esta fascinante nueva serie-con un nuevo personaje entrañable-que le tendrá pasando páginas hasta altas horas de la madrugada. Entre otros libros de Blake Pierce, también está disponible a la venta UNA VEZ DESAPARECIDO (Un Misterio con Riley Paige-Libro #1), un éxito de ventas #1 con más de 900 críticas de cinco estrellas-¡y una descarga gratuita!

Blake Pierce es el autor número uno en ventas de USA Today, con su serie de misterio RILEY PAGE, que incluye diecisiete libros hasta el momento. Blake Pierce es también el autor de la serie de misterio MACKENZIE WHITE, que comprende catorce libros hasta el momento; de la serie de misterio AVERY BLACK, que comprende seis libros; de la serie de misterio KERI LOCKE, compuesta por cinco libros; de la serie de misterio MAKING OF RILEY PAIGE, que consta de cinco libros hasta el momento; de la serie de misterio KATE WISE, que comprende siete libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico CHLOE FINE, que consta de seis libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico JESSIE HUNT, que consta de trece libros hasta el momento; de la serie de suspense psicológico AU PAIR, que consta de tres libros hasta el momento; de la serie de misterio ZOE PRIME, que consta de seis libros hasta el momento; de la serie de misterio ADELE SHARP, que consta de siete libros hasta el momento; y de la nueva serie de misterio ELLA DARK. Lector ávido y fanático de los géneros de misterio y suspense, a Blake le encantará saber de ti, así que no dudes en visitar www.blakepierceauthor.com para obtener más información y mantener el contacto.

 

 

CAPÍTULO DOS


 

El trabajo no estaba haciendo nada por la monotonía de lo que Mackenzie empezaba a denominar La Rutina—conL yR mayúsculas. En los casi dos meses que habían pasado desde los acontecimientos de Nebraska, la carpeta de casos de Mackenzie había consistido en vigilar a un grupo de hombres sospechosos de tráfico de personas—pasándose sus días sentada en un coche o en edificios abandonados, escuchando conversaciones bastante vulgares que acabaron por no dar ningún resultado. También había trabajado junto a Yardley y Harrison en un caso relacionado con una potencial célula terrorista en Iowa—que tampoco había dado ningún resultado.

El día siguiente a su tensa conversación sobre la felicidad, Mackenzie se encontraba sentada ante su escritorio, investigando a uno de los hombres que había estado vigilando respecto al tráfico de personas con objetivos sexuales. No formaba parte de ningún complot de tráfico sexual, pero estaba implicado casi con certeza en algún tipo de chanchullo depravado relacionado con la prostitución. Era difícil de creer que estaba cualificada para llevar un arma, atrapar asesinos y salvar vidas. Se estaba empezando a sentir como una empleada de plástico, alguien que no servía ninguna función real.

Frustrada, se levantó para hacerse una taza de café. Nunca había sido de las que deseaba nada malo a nadie, pero se estaba preguntando si las cosas en el país de verdad iban tan bien que sus servicios no pudieran necesitarse en alguna parte.

Mientras caminaba hacia la pequeña zona de recepción donde se alojaban las cafeteras, divisó cómo Ellington le ponía la tapa a su propia taza. Él la vio acercarse y la esperó, aunque podía decir por su postura que iba con prisas. 

“Espero que tu día haya sido más emocionante que el mío,” dijo Mackenzie.

“Quizás,” dijo él. “Pregúntamelo de nuevo en media hora. McGrath me acaba de llamar para que vaya a su despacho.”

“¿Para qué?” preguntó Mackenzie.

“Ni idea. ¿No te llamó también a ti?”

“No,” dijo ella, preguntándose de qué se podía tratar. Aunque no había tenido lugar ninguna conversación directa al respecto con McGrath desde el caso de Nebraska, había asumido que Ellington y ella seguirían siendo compañeros. Se preguntó si a lo mejor el departamento había acabado por decidir separarles debido a su relación sentimental. Si era así, entendía la decisión, pero la idea no le gustaba en especial.

“Me estoy hartando de estar sentada a mi escritorio,” dijo mientras se servía un café. “Hazme un favor y mira a ver si me puedes meter en lo que sea que te vaya a meter a ti.”

“Lo haré encantado,” dijo él. “Te mantendré informada.”

Regresó caminando a su oficina, preguntándose si acaso esta pequeña grieta en la normalidad era lo que había estado esperando—la apertura que empezaría a dilapidar los cimientos de la rutina que había estado sintiendo. No sucedía a menudo que McGrath convocara solo a uno de los dos a su despacho—al menos no recientemente. Le hizo plantearse si a lo mejor le estabas sometiendo a alguna clase de evaluación de la que no tenía conocimiento. ¿Estaba McGrath investigando más a fondo el último caso de Nebraska para asegurarse de que había seguido las normas en todo momento? Si así era, podría encontrarse con problemas porque no cabía duda de queno había seguido el protocolo en todo.

Tristemente, preguntarse de qué se trataría la reunión entre Ellington y McGrath era lo más interesante que le había pasado en la última semana más o menos. Era lo que le ocupaba la mente mientras se sentó de nuevo delante de su ordenador, de nuevo sintiéndose como nada más que otro engranaje de la rueda.

 

***

 

Escuchó unas pisadas quince minutos después. Esto no era nada nuevo: trabajaba con la puerta de su oficina abierta y veía a gente que pasaba de un lado a otro de arriba abajo del pasillo durante todo el día. Pero hoy era diferente. Esto sonaba como varios pares de pisadas que cami