–¿Por qué? –quiso saber Devon.
–Porque si lo hubieras hecho, entonces ella se habría ido con más razones que simplemente porque quería irse a casa y, probablemente, no volvería esta noche –Kat dejó que se le fueran los ojos por el cuerpo desnudo de su hermano, como aburrida–. Y si ella supiera por un segundo que serías capaz de perseguirla y atraparla para que no se fuera, mientras no llevas nada de ropa, entonces llamaría a la policía… ¡Ay, espera! Haría que su hermano te arrestara.
Devon gruñó, no solo porque su hermana era como un grano en el culo, sino porque también tenía razón.
–¿Quieres mantenerla? –le preguntó Kat con curiosidad.
Cuando Devon le devolvió solo una mirada molesta, ella asintió.
–Entonces, déjala sola durante el día. Probablemente ya la dejaras bastante confundida anoche. Volverá esta noche porque tiene que trabajar… y, tal vez, porque quiere verte de nuevo. Pero si te comportas como un cavernícola con ella, entonces seguro que desaparece. Y ¿sabes qué más pienso?
–Cállate –Devon se dio la vuelta y volvió a su habitación. Cerró la puerta de un portazo.
–Creo que es buena para ti –terminó Kat la frase y suspiró–. Los hombres nunca quieren escuchar lo bueno.
Un gran golpe en la puerta principal de la discoteca hizo que todos abrieran la puerta a la vez.
–¿Qué demonios pasa ahora? –exclamó Nick mientras se pasaba los dedos por unos mechones de pelo que le habían caído delante de los ojos al darse tanta prisa en levantarse.
Devon se estaba poniendo un par de pantalones y Kat levantó una ceja preguntándose qué era lo que iba a hacer.
–Vamos a averiguar de qué se trata tanto alboroto –dijo Warren con un suspiro y estiró los brazos por encima de la cabeza de manera perezosa antes de echarse a andar por el pasillo descalzo.
–¿No hay nada que lo perturbe? –preguntó Devon.
Kat se encogió de hombros.
–Te olvidas de quién es, ¿no?
–Oh, sí, claro –dijo Nick–. Estamos hablando del miembro más viejo de la familia al que le gusta gastar bromas retorcidas sobre tener un amante vampiro.
Warren hizo una mueca burlona aun dándoles la espalda a sus hermanos.
–¿Quién ha dicho que sea broma?”
*****
El sol ya empezaba a asomar, pero Kane no sintió ninguna necesidad de abandonar su posición estratégica. La única razón por la que desaparecería con la luz del sol es si llevara días sin dormir.
Miró hacia abajo y observó a los policías mientras intentaban recabar pruebas para averiguar quién había sido el asesino. Se echó a reír y se encendió otro cigarro. Le encantaba meterse con los humanos, especialmente con las autoridades. La estupidez era una de sus características comunes.
Resopló con diversión cuando vio a Warren y al resto de hermanos jaguares salir de la discoteca para averiguar qué estaba pasando ya que el timbre de la puerta no dejaba de sonar. El policía empezó a hacer preguntas y Devon se enfadó u