: María Elena Llana
: Casas del Vedado
: Fondo de Cultura Económica
: 9786071674678
: 1
: CHF 2.80
:
: Erzählende Literatur
: Spanish
: 103
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Casas del Vedado reúne once cuentos de María Elena Llana cuyo escenario será siempre el interior de las casas de un barrio emblemático de la burguesía cubana, donde los personajes decidieron enclaustrarse como respuesta a las profundas transformaciones de la infraestructura política y socioeconómica que trajo consigo la Revolución. Los personajes, mayormente femeninos, se quedan habitando espacios enquistados, amurallados, y que, imprecisos, vacilan entre la vida y la muerte, constituyendo una forma de la otredad que igual tiene un fuerte contenido político como una puesta en escena de lo sobrenatural, lo anómalo, lo fantástico.

María Elena Llana (Cienfuegos, 1936) es narradora, periodista y guionista de radio y televisión. Estudió periodismo en La Habana, y se desempeñó en los sectores internacional y cultural. Su primera publicación, el libro titulado La reja (1965), dio paso a una exitosa y reconocida carrera literaria en la que se incluyen los libros de cuentos: Casas del Vedado (1983, por el que recibió el Premio de la Crítica en 1984), Castillos de naipes (1998), Ronda en el malecón y Apenas murmullos (ambos de 2004), En el limbo (2009), Tras la quinta puerta (2014) y El cristal con que se mira (2016); así como las novelas para jóvenes Sueños, sustos y sorpresas (2011) y Desde Marte hasta el parque (2013). Se han publicado recopilaciones de estos cuentos en Cuba, España y los Estados Unidos.

Prólogo


María Elena Llana: un abanico de posibilidades fantásticas


Casas del Vedado (1983) nos conduce inmediatamente a un entramado narrativo e insólito que rememora, con firmeza, la tenacidad que existe detrás de su autora. Escribir literatura de corte fantástico y hacerlo en un momento en que las prioridades y los compromisos estéticos recorrían otros caminos literarios, que gozaban de mayor prestigio y popularidad, sitúa a la escritora deLa reja (Ediciones R, 1965) en una posición ampliamente revolucionaria. El empeño en aferrarse a un género poco solicitado en Cuba, y en varias zonas de América Latina, en sus tiempos de primigenia escritura, la muestran como una autora que supo leer muy bien el curso de la historia literaria del continente y acertar, más de una vez, con su escritura, en la descripción insólita de los fenómenos más controversiales que rodeaban su mundo creativo, repartido, ciertamente, entre sus dos pasiones fundamentales: la literatura y el periodismo.

María Elena Llana nació en Cienfuegos en 1936 y será testigo y partícipe de las profundas transformaciones que se desarrollarán en Cuba, fundamentalmente a mediados del siglo XX. Recorrerá los diversos y complejos caminos por los que tendrá que transitar su país desde la trinchera que mejor le acomoda: la autenticidad de la palabra. En su experiencia como periodista, así como creadora, Llana siempre logra acoplar con tenacidad ambos rubros y nos enseña permanentemente a sus lectores que las dos entidades son elementos inseparables para comprender su trayectoria escritural. Desde sus primeros pasos como periodista a finales de la década de los cincuenta del siglo XX en el periódicoRevolución, oficio al que llega por vocación y servicio a la sociedad, como ha manifestado en varias entrevistas, hasta sus últimas publicaciones como escritora de ficción, Llana declara su compromiso con una realidad compleja, que no se queda simplemente en el devenir del argumento temático o discursivo, sino que lo acompaña con elegancia técnica, sentido amplio del montaje textual de sus relatos y una fineza expresiva, que sabe recrear con el vocablo preciso, depositada en una variedad espléndida de múltiples y complejos personajes.

Esta destreza técnica nos deja siempre la impresión de que estamos frente a una obra en la que no se escatima la artesanía textual. Llana construye atmósferas desafiantes, escenarios enigmáticos, tramas sensibles y argumentadas, con un sentido estético capital que profundiza con agudeza en sus relatos. Como señala Helen Hernández, en su literatura “se dedicó a contar parte de la vida de los que no estaban presentes en los medios o en la narrativa de por entonces; se dio a la tarea de retratar la imagen —tierna, frustrada y decadente a la vez— de los integrantes de la pequeña burguesía cubana, refugiados en su entorno imaginado dentro de sus enhiestas mansiones, magníficas evidencias del pasado”. El llamado “insilio”, que produjo la condición fantasmal de estos seres descolocados dentro de un nuevo modelo de sociedad es, sin duda, uno de los temas nodales deCasas del Vedado.

Autora pionera en el género fantástico latinoamericano, Llana opta por tomar el camino menos cómodo, el menos funcional a los tiem