: Jean Guitton
: Pensamiento y guerra
: Ediciones Encuentro
: 9788490558904
: 1
: CHF 8.00
:
: Philosophie, Religion
: Spanish
: 252
: DRM
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
A mediados del siglo XX, en plena Guerra Fría, el filósofo francés Jean Guitton impartió una serie de conferencias centradas en el papel de la estrategia, su esencia y sus principios. En ellas expone un método de pensamiento sintético para comprender la guerra, guiado por el siguiente leitmotiv: 'Del mismo modo que la metafísica es la forma más alta de pensamiento, a la estrategia le corresponde el mismo lugar en el dominio de la acción'. A lo largo de estos textos, reeditados recientemente con la colaboración de los profesores de la Escuela de Guerra de Francia, Guitton evidencia la estrecha vinculación entre el pensamiento estratégico y la filosofía, pues 'detrás de las victorias de Alejandro siempre se encuentra Aristóteles'. Incluso con los cambios de las últimas décadas, que han transformado profundamente la guerra, los principios rectores de ésta permanecen y muchas de las reflexiones que les dedica el pensador francés conservan su vigencia. Reflexiones en las que se aborda la relación entre el pensamiento y la acción en lo que tiene de más decisivo para el destino de la humanidad, tanto en el pasado siglo como en nuestro momento presente.

Jean Guitton nació en Saint-Étienne (Francia) en 1901. Escritor y filósofo, fue elegido miembro de la Academia Francesa en 1961. En 1987 pasó a formar parte de la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Amigo íntimo de Monseñor Montini (futuro papa Pablo VI), fue el único laico autorizado por el papa Juan XXIII para asistir a las sesiones del concilio Vaticano II. Murió en París en 1999. Ediciones Encuentro ha publicado algunas de sus obras más significativas, tales como Mi testamento filosófico (2009), Pascal y Leibniz (2011), Aprender a vivir y a pensar (2012) , Diálogos con Pablo VI (2014), Pablo VI secreto (2015) y Pensamiento y guerra (2018).

PRÓLOGO a la edición española

La estrategia es una disciplina cuya esencia es difícil de capturar, incluso para los que trabajan sobre ella diariamente. En su formulación necesita del conocimiento profundo de la naturaleza humana, pero en su ejecución es praxis violenta, enfrentada a otra igual y contraria ejecutada por un estratega adversario desde el lado opuesto de la colina. Las raíces de la estrategia se hunden en el pensamiento y la teoría aunque sus manifestaciones son brutalmente prácticas. Se trata de cambiar la realidad a nuestro favor y contra la voluntad del otro, en una situación extrema en la que se utiliza o se está dispuesto a utilizar una violencia masiva y letal.

Jean Guitton no era un estratega sino un filósofo, pero como otros muchos filósofos y pensadores se sintió atraído por ese contraste entre pensamiento sutil y sofisticado y práctica competitiva y violenta. Guitton centró su obra en el ser humano, en su relación con Dios y con el mundo, y en la búsqueda de la verdad. Pensó que podía aprender mucho de ello estudiando un fenómeno tan extremo como la guerra, y una disciplina tan aparentemente desconcertante como la estrategia. Así como los seres humanos se revelan más fácilmente en su auténtica naturaleza cuando se encuentran en una situación extrema, el pensamiento puede adquirir una claridad inusual cuando se enfrenta al reto de convertirse en acción inmediata, dinámica y violenta que busca sobrevivir y prevalecer.

El momento de la historia en el cual Jean Guitton pronunció las cinco conferencias que componen esta obra fue tan interesante como devastador. La vida del autor se enmarca completamente en el siglo XX. Nació un año después de que comenzase y murió un año antes de su finalización. Vivió pues en uno de los periodos más violentos de la historia humana, si no el que más, y como ciudadano francés sufrió la tragedia de las dos guerras mundiales, experimentó la tristeza de la decadencia de Francia y Europa, y vivió la amenaza de la guerra nuclear que, por primera vez en la historia, convirtió en factible el ancestral mito de la destrucción de la humanidad en una última batalla apocalíptica.

En ese terrible escenario Guitton intentó situar al ser humano, y a su principal esencia que es el pensamiento. En Francia encontró una excepcional tradición de pensamiento estratégico, que precisamente centraba su atención en el hombre, su moral y sus valores, como elemento sustancial y decisivo de la victoria. Desde la Revolución, el centro de la estrategia francesa fue siempre el valor moral, que se manifestaba en el «élan», el entusiasmo que podía sobreponerse a la inferioridad tecnológica y numérica, a las privaciones y a las bajas. El empuje del ciudadano soldado, consciente de que estaba cambiando el mundo, que Napoleón supo utilizar con tanta maestría hasta que lo agotó de tanto abusar de él.

Heredero de esa tradición fue uno de los protagonistas principales de las conferencias de Jean Guitton: el mariscal Ferdinand Foch, un hombre que conjugó pensamiento y acción, ambos en grado superlativo. Fue director de la Escuela de Guerra y uno de los teóricos militares más respetados en Europa antes de ser nombrado comandante en jefe de las fuerzas aliadas en el Frente Occidental en 1918. Foch recuperó el pensamiento estratégico francés basado en los valores morales, pero interpretando y adoptando a la vez parte de lo que era entonces su némesis: la escuela de pensamiento estratégico prusiano-alemana, y especialmente su más célebre pensador, Carl von Clausewitz.

Foch tomó de Clausewitz lo que encajaba mejor con la tradición estratégica francesa, y reforzó el valor entusiasta del combatiente galo con la férrea voluntad del líder militar germano. La combinación no funcionó como el francés esperaba, y en los primeros encuentros de la Gran Guerra ya quedó claro que ni el entusiasmo ni la voluntad podían imponerse al titán de la tecnología. A lo largo de cuatro largos años la artillería de t