: Johann Wolfgang Goethe
: Goetz de Berlichingen El caballero de la mano de hierro
: Century Carroggio
: 9788472542952
: Literatura universal
: 1
: CHF 4.80
:
: Dramatik
: Spanish
: 260
: Wasserzeichen
: PC/MAC/eReader/Tablet
: ePUB
Goetz de Ber­lichingen, el caballero de la mano de hierro, fue en la realidad histórica un caballero imperial, militar, escritor y aventurero del Sacro imperio germánico de la Alema­nia del XVI, que convierte Goethe en figura poética y caballeresca, influenciado por los éxitos de Shakespeare. Goetz vive en su castillo, siempre dispuesto a la aventura. Weislingen, hombre influyente en la corte del obispo de Bamberg, es hecho prisionero por Goetz, que le trata generosamente, y está incluso dispuesto a casarle con su her­mana María, de la cual el sensible Weis­lingen se ha enamorado. Este pide permiso para regresar a la Corte con el fin de despedirse y solucionar varios asuntos pero, una vez allí, Weislingen se siente seducido por los atractivos del ambiente y de una cortesana, la seductora Adelaida; Weislingen traiciona a María y a Goetz y llega a solicitar al emperador que acabe de una vez con los caba­lleros insurrectos. Goetz es desterrado y, al ser vencido, presta jura­mento de no turbar más la paz del Imperio; pero los campesinos se rebelan contra sus amos y, en busca de un jefe, obligan a Goetz a ponerse a la cabeza de su movi­miento. Goetz acepta con la esperanza de ayudar a la causa del campo con justas reivindicaciones. Ante las bár­baras crueldades de los insurrectos, Goetz quiere retirarse, pero no lo consigue y, al ser derrotado, muere en la cárcel, rodeado de su mujer y de los últimos fieles que le quedan, invocando la justicia de la historia.

Johann Wolfgang von Goethe ; Fráncfort 1749-Weimar 1832) fue un dramaturgo, novelista, poeta y naturalista alemán, principal representante del Clasicismo de Weimar. Ejerció una gran influencia sobre el Romanticismo, especialmente sobre el Círculo de Jena. Fue el principal miembro del movimiento Sturm und Drang (tormenta e ímpetu). Además de abogado y consejero del príncipe heredero Carlos Augusto, ejerció de Mánager de teatro, botánico, político, pintor, filósofo, teólogo, jurista, crítico de arte, crítico musical, bibliotecario, poeta, escritor de viajes, físico, literato, novelista, dramaturgo, autobiógrafo, diplomático, estadista, polímata, aforista, diarista, mineralogista, zoólogo, teórico del arte, abogado, compositor, libretista, escritor, artista visual e historiador del arte.
ESTUDIO PRELIMINAR
GOETHE EL TRIUNFO DEL ESFUERZO Y DE LA ASPIRACION
por
Alfonso Arús
«Goethe no es un acontecimiento alemán, sino un acontecimiento europeo: un intento grandioso de superar el siglo XVIII mediante una vuelta a la naturaleza, mediante unascensohasta la naturalidad del Renacimiento, una especie de autosuperación por parte de aquel siglo. Goethe llevaba dentro de sí los instintos más fuertes del mismo: la sensibilidad, la idolatría de la naturaleza, el carácter antihistórico, idealista, irreal y revolucionario (este último es solo una forma del irreal). Recurrió a la historia, a la ciencia natural, a la Antigüedad, asimismo a Spinoza, y sobre todo a la actividad práctica; se rodeó nada más que de horizontes cerrados; no se desligó de la vida, se introdujo en ella; no fue apocado, y tomó sobre sí, a su cargo, dentro de sí, todo lo posible. Lo que él quería eratotalidad; combatió la desunión entre razón, sensibilidad, sentimiento, voluntad -desunión predicada, con una escolástica espantosa, por Kant, el antípoda de Goethe-, se impuso una disciplina de totalidad, secreóa sí mismo... En medio de una época de sentimientos irreales, Goethe fue un realista convencido: dijo sí a todo lo que en ella le era afín..., no tuvo vivencia más grande que la de aquelens realissimumllamado Napoleón. El hombre concebido por Goethe era un hombre fuerte, de cultura elevada, hábil en todas las actividades corporales, que se tiene a sí mismo a raya, que siente respeto por sí mismo, al que le es lícita la osadía de permitirse el ámbito entero y la entera riqueza de la naturalidad, que es lo bastante fuerte para esa libertad; el hombre de la tolerancia, no por debilidad, sino por fortaleza, porque sabe emplear en provecho propio incluso aquello que haría perecer a una naturaleza media: el hombre para el cual no hay nada prohibido, a no ser ladebilidad, llámese esta vicio a virtud... Con un fatalismo alegre y confiado ese espíritu queha llegado a ser libreestá inmerso en el todo, y abriga la creencia de que solo lo individual es reprobable, de que en el conjunto todo se redime y se afirma...Ese espíritu no niega ya... Pero tal creencia es la más alta de todas las creencias posibles: yo la he bautizado con el nombre deDionisos.
Podría decirse que en cierto sentido el siglo XIXtambiénse ha esforzado en lograr todo aquello que Goethe se esforzó en lograr como persona: una universalidad en el comprender, en el dar por bueno, un dejar-que-se-nos-acerquen las cosas, cualesquiera que sean, un realismo temerario, un respeto por todos los hechos. ¿Cómo es que el resultado global no es un Goethe, sino un caos, un sollozo nihilista, un no-saber-a-dónde-ir, un instinto de cansancio, que en la práctica invita constantementea regresar al siglo XVIII(en forma, por ejemplo, de romanticismo del sentimiento, de altruismo, de híper sentimentalidad, de feminismo en el gusto, de socialismo en la política)? ¿No es el siglo XIX, sobre todo en su final, simplemente un siglo XVIII reforzado, vuelto grosero, es decir, un siglo dedécadence? ¿De tal modo que Goethe habría sido, no solo para Alemania, sino para Europa entera, nada más que un episodio, una bella inutilidad? Pero se malentiende a los grandes hombres cuando se los mira desde la mísera perspectiva de un provecho público. Acaso el que no se sepa extraer de ellos ningún provechoforme parte incluso de la grandeza...
Goethe es el último alemán por el que yo siento respeto.»
Friedrich Nietzsche
La larga cita de Friedrich Nietzsche que encabeza estas páginas, entresacada de su obraEl ocaso de los ídolos, es algo más que la opinión singularmente valiosa del filósofo sobre un hombre excepcional con quien le une ya de entrada la compartida categoría de genio: constituye en muchos sentidos un resumen altamente sintetizador no solo de la significación humana y literaria de Johann Wolfgang Goethe, sino también de su propia vida y de su afanoso decurso personal. De ahí que la hayamos tomado como pórtico y guía de este Estudio Preliminar acerca del inmortal autor delFausto, sirviéndonos de ella para organizar nuestro propio trabajo, cuyos capítulos serán como un eco de las características y rasgos apuntados por Nietzsche, más como evocación que como comentario propiamente dicho.
Y como afirmación primera