Un cargador de mercadería llamado Simbad se queja por su suerte mientras descansa en la entrada de un magnífico palacio. El dueño de casa lo manda a llamar y ambos descubren que tienen el mismo nombre. Simbad el Marino, infinitamente rico, le relata al pobre Simbad los siete maravillosos viajes, plenos de aventura, que le permitieron convertirse en el hombre más acaudalado de Bagdad. |